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"Los argentinos no sabemos escuchar y tenemos que aprender"
Lunes, 20 de mayo de 2024
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El arzobispo Andrés Stanovnik, quien reflexionó sobre la importancia del diálogo, de la escucha y de la humildad para llegar a la verdadera unión y a hacer la voluntad de Dios.
"Celebramos la venida del Espíritu Santo, tan necesaria. Necesitamos la sabiduría del Espíritu Santo; si no la tenemos, en su lugar queda la necedad que lleva a la división y al enfrentamiento, no nos lleva a ninguna parte", dijo.
Destacó, además: "Qué importante que es el Espíritu Santo, espíritu de unidad, de respeto, de amabilidad, de diálogo, de cercanía, de paciencia, de todos estos elementos que hacen posible la convivencia. O dicho con la frase del papa Francisco: hacen a la cultura del encuentro".
El prelado resaltó que "para escuchar es necesario ser humilde; el soberbio no puede escuchar, es huérfano de esa capacidad, no tiene sabiduría, es necio, sordo, jamás se va a poner en el lugar del otro. Para escuchar, es necesario ser humilde; para abrir el corazón al espíritu santo, es necesaria la humildad".
"Lo contrario a la acción del Espíritu Santo es la división, el enfrentamiento que lleva a la muerte, porque aquel con quien uno se enfrenta quiere aniquilarlo, quiere que desaparezca, y si uno mata termina también muriendo porque el odio es muerte", señaló.
El diálogo Al ilustrar el poder de la obra del Espíritu dentro de las personas, advirtió: "El Espíritu Santo es el espíritu del amor, pero no obra solo en la iglesia, hay espíritu santo fuera de la iglesia y se percibe cuando una persona le da la mano a otra, aun cuando esa persona no crea, aun cuando se declara agnóstico o ateo, pero si se deja llevar por la amabilidad, la justicia, el respeto hacia el otro, está movida por el Espíritu Santo, solo que no se da cuenta".
Agregó que lo contrario a la dinámica del amor "es la división" y agregó: "Sabemos que el mal existe y que hace mucho daño, que no tiene nada que ver con Dios y que tuvo origen cuando el ser humano hizo un mal uso de su libertad, como sucede hoy, cuando hacemos un mal uso nos hacemos un mal a nosotros y a la sociedad".
Stanovnik consideró que "los argentinos no sabemos escuchar, tenemos que aprender, basta con ver lo que nos está pasando en la política, no tenemos la experiencia de escucharnos, que significa ponerse en el lugar del otro, que supone también renunciar a las propias posturas, no es suficiente un diálogo donde tironeamos y esperamos que no se rompa y entonces negociamos. Negociamos y nos ponemos de acuerdo, es un paso ciertamente importante pero es muy frágil, en cualquier momento se rompe".
Al finalizar, monseñor estimó: "Estamos en un momento hermosísimo de la vida de la Iglesia y también de nuestra historia. También de nuestro pueblo argentino, con los desafíos propios que tenemos, depende de nosotros cómo reaccionamos, desde dónde lo hacemos y con qué actitud interior lo hacemos".
50 días En muchos sentidos, Pentecostés es el cumpleaños de la Iglesia. Esta festividad se honra en las iglesias católica romana, anglicana, luterana, ortodoxa oriental, en las iglesias pentecostales y carismáticas, y también en muchas otras iglesias protestantes.
Se conmemora la venida del Espíritu Santo sobre los primeros seguidores de Jesús. Antes de los acontecimientos del primer Pentecostés, que se produjo unas semanas después de la muerte y resurrección de Jesús, había seguidores, pero no un movimiento que pudiera llamarse significativamente "la Iglesia". Así, desde un punto de vista histórico, Pentecostés es el día en que se inició la Iglesia.
La palabra Pentecostés es una transliteración de la palabra griega pentekostos, que significa cincuenta. Proviene de la antigua expresión cristiana pentekoste hemera, que significa quincuagésimo día.
Pentecostés invita a considerar la propia participación en la comunión, la adoración y la misión de la Iglesia.
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